Hace 40 años, esta foto tomada en Varsovia dio la vuelta al mundo: el 7 de diciembre de 1970, el canciller federal alemán Willy Brandt coloca una corona de flores ante el monumento en recuerdo de las víctimas del levantamiento del gueto judío en 1943.
Brandt arregla el lazo negro-rojo-gualdo y se retira unos pasos. Luego se arrodilla sorpresivamente sobre el asfalto mojado y permanece largo tiempo en esa posición con la cabeza inclinada y las manos entrelazadas. Con ese gesto, Brandt conmovió al mundo.
Willy Brandt, político del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), fue el primer canciller federal alemán en visitar Polonia, en diciembre de 1970. Fue una visita de reconciliación luego de la Segunda Guerra Mundial y de distensión en el conflicto Occidente-Este. La caída de rodillas de Brandt en Varsovia permanece en la memoria hasta hoy como gran gesto. Un canciller federal que, como emigrante, no había estado implicado en los crímenes de los nacionalsocialistas, pide perdón por las atrocidades cometidas por alemanes en nombre de Alemania. El gueto de Varsovia fue creado pocas semanas después del ataque de la Alemania nazi a Polonia. Los ocupantes alemanes concentraron allí a la población judía de Varsovia –350.000 personas– en muy escaso espacio, aislándola del resto de la ciudad detrás de altos muros. Decenas de miles murieron de hambre o como consecuencia de enfermedades, epidemias y el terror desatado por los ocupantes alemanes. El gueto de Varsovia es un símbolo del Holocausto: desde allí, la población judía fue llevada a los campos nazis de extermino y de trabajos forzados. Sólo unos pocos miles sobrevivieron.
El viaje de Brandt a Varsovia abrió un nuevo capítulo en las relaciones entre Alemania y Polonia: el mismo 7 de diciembre fue firmado el Tratado de Varsovia. En ese tratado entre la República Federal de Alemania y la República Popular de Polonia ambos países acordaron la renuncia a la violencia y la inviolabilidad de las fronteras. El tratado fue un elemento importante de la “Ostpolitik” del Gobierno de Brandt en los años 1969 a 1973: una política que apostó por el principio “transformación a través del acercamiento” y buscó llegar a un equilibrio con la Unión Soviética y los países de Europa Oriental. Por esa política de distensión, Willy Brandt fue galardonado con el Nobel de la Paz en 1971.
En el 40 aniversario del histórico gesto de Brandt de arrodillarse, el presidente federal alemán, Christian Wulff, viaja a la capital de Polonia pare recordar junto con su homólogo Bronisław Komorowski ese singular suceso en las relaciones bilaterales.
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